En Esfera Mataró estamos estudiando e investigando desde hace unos meses como sobrevivir a los tiempos actuales y la verdad es que no resulta fácil ser optimista pues, dependemos de tantos factores para sobrevivir que a medida que avanzamos y vamos descubriendo más cosas, nos damos cuenta de que la única salida pasa por un cambio de paradigma social tan radical que no sabemos si la gente está dispuesta a realizarlo aunque actualmente su estilo de vida les esté perjudicando en cuanto a la salud física, mental, emocional y energética.
Hay dos grupos de personas muy bien diferenciados, los que quieren sobrevivir conservando lo que la sociedad ha sido hasta ahora y están haciendo lo imposible para conservarla, aunque eso implique arriesgar sus propias vidas con tratamientos experimentales, y otro grupo que plantea sobrevivir empujando con fuerza y convicción para que todo este sistema se rompa y saltemos a otra fase evolutiva a nivel colectivo. El tiempo dirá…
Todo esto transcurre en un espacio insano a todos los niveles y cada vez está llegando a niveles más insanos y ya casi impracticables para la supervivencia de los mamíferos y quizás para las plantas también.
¿Y qué hacemos los humanos para sobrevivir?
Seguir castigando nuestro hábitat para hacerlo cada vez más insostenible. ¿No te parece maravilloso?
Uno de los principales problemas de desestabilizar el hábitat es que repercute directamente sobre la salud y por eso cada vez hay y habrá más enfermedades, porque ni las medicinas tradicionales ni las modernas están preparadas ni tienen el conocimiento suficiente para enfrentar con sus herramientas lo que tenemos encima.
Hasta ahora hemos entendido el cuerpo humano como un organismo vivo compuesto por células y nos hemos acomodado a tratarlo así. Todas las medicinas se han basado durante miles de años en enfocar su crecimiento en esa dirección, aunque algunas con variables cómo la parte mental, emocional y energética para entender y conseguir la homeostasis o estado saludable.
El problema viene cuando no podemos mantener la salud con los elementos conocidos y no sabemos por qué pasa eso, y ese es el momento en que nos encontramos ahora mismo.
Enfermamos y no sabemos por qué. Hemos aprendido nuevos hábitos saludables y super healthy y seguimos enfermando, ¿qué está pasando aquí?
¿A qué conclusiones hemos llegado?
Pues que todo tiene un componente vibracional y frecuencial y que lo que nos esta desestabilizando y alterando nuestro organismo es el resultado de ensuciar nuestro hábitat de ondas que nos distorsionan durante todas las horas del día y la noche.
Una línea recta es una sucesión infinita de puntos, un hilo concreto es una sucesión de moléculas determinadas, enlazadas y compuestas de átomos. Nosotros somos una suma de hilos, de varios tipos de hilos, de átomos dispuestos en varias sucesiones moleculares y que se diferencian según en que parte del cuerpo se sucedan. Los hilos que pertenecen a la zona del encéfalo tienen unas características específicas que los diferencian de los hilos de los pulmones o de los intestinos, por ejemplo.
¿Y qué pasa si exponemos un cuerpo humano a una radiación determinada?
Pues que lo desequilibramos y generamos lo que llamamos enfermedad. Hay muchos tipos de radiación, esta es simplemente una emisión o propagación constante de energía constante que va emitiendo y alterando los cuerpos con los que entra en contacto.
Lo puedes comprobar fácilmente, ponte delante de un altavoz a todo volumen durante veinte minutos, o al lado de un microondas, o de una máquina que emita un sonido martilleante constante y en una hora, si aguantas, observa cómo te encuentras y cómo tu salud ha deteriorado, tu estado de ánimo se ha alterado y se ha desencadenado un proceso degenerativo en tu ser. Tan increíble como fácil de aprender, entender e integrar.
¿Y qué es lo que está pasando ahora mismo?
Pues que estamos sometidos a un incremento en la exposición de ondas y estamos enfermando, vamos generando enfermedades nuevas dependiendo del tipo de exposición y de la combinación de radiaciones a las que estamos expuestos diariamente.
Están criando antenas por las poblaciones que parece una plaga de setas, pero como la gente va mirando al suelo al caminar no se da cuenta.
Estamos rodeados de wi-fi en casa, en la del vecino de arriba, el de al lado, el de abajo…
Hay gente que aún tiene televisores en casa… sí, increíble y en plural, televisores, microondas…, un móvil mínimo por familiar, auriculares sin cables para que el cuerpo sea el receptor de las ondas, relojes marcapasos conectados al móvil, tablets. ¿Qué más?, ¿cuántas cosas me dejo?
¿Cuántas personas tienes en un radio de un kilómetro cuadrado a tu vivienda? ¿Cuántas personas tienes en un radio de un kilómetro cuadrado a tu lugar de trabajo? Y el resultado de la suma de todos los aparatos que funcionan por ondas qué te da, ¿cuántos son?
Lo raro es que no estemos todos ya enfermos crónicos, pues solo estamos tratando las ondas como si fuera lo único que nos complica sobrevivir, pero si sumamos la alimentación transgénica, las medicaciones experimentales y los alimentos procesados ya tenemos el coctel perfecto para enfermar, pero no es así aún porque nuestro organismo es un maravilloso regenerador mucho más impresionante de lo que nos imaginamos y conocemos.
La pregunta ahora es la siguiente: ¿hasta cuándo podrá soportarlo si seguimos incrementando este maltrato constante?
Llevamos tiempo investigando y preparando lo que consideramos un posible “apaño” mientras esperamos a que la gente empiece a reaccionar y se responsabilice del uso que hacen de toda esta tecnología que contamina nuestro hábitat. Porque no nos engañemos y seamos sinceros, los responsables de esta situación somos nosotros mismos que la consumimos.
Nuestra actividad pasa por mantener una vibración en una frecuencia determinada la más sana posible en los espacios donde más rato pasemos que son tanto en el trabajo como en casa y para eso estamos creando una cadena de información sobre objetos que nos pueden ayudar ya sea con las lámparas de sal, minerales, con armonizadores de espacios, zonas o habitaciones de casa que ya iremos detallando más adelante, y sobre todo, estamos creando armonizadores mucho más potentes que los antiguos orgonites.
Porque ahora toca mantenernos lo máximo posible en unas frecuencias determinadas, simplemente para sobrevivir, para no enfermar y para evitar entrar en la rueda de la cronificación deteriorada de nuestra salud.
Esto, ya hace años que empezó y cada vez va a más porque nuestro comportamiento no varía, nos hace pensar por lógica, que aparecerán más reacciones de nuestros cuerpos a las radiaciones constantes a las que pondremos nuevos nombres y seguiremos ampliando el número de enfermedades que hasta hace poco eran de 42.000 y subiendo…
Sé consciente, consúltanos si te apetece y empieza a preparar tu hábitat lo más saludablemente posible para sobrevivir. Buscaremos y compartiremos los conocimientos y recursos con todos aquellos que quieran. Seguiremos investigando, testando y adaptándonos a las frecuencias en las que nos vayamos moviendo.
