En todos mis años moviéndome en las diferentes frecuencias energéticas, y no todas ellas de luz, lógica y coherentemente, solo ha habido dos frases que pueden llegar a definir cuál es el camino real y profundo del maestro, una de ellas; déjame en paz, y la otra, a la mierda.
Te puedes reír si tu espíritu es libre y sabio, o te puedes ofender si tu espíritu es prisionero de tu mente y limitado por tus creencias.
Las dos opciones son correctas y buenos, caminos, el primero hacia el crecimiento, a la elevación y la iluminación, y el segundo para volver a la casilla de salida y reiniciar el trayecto recorrido hasta llegar a su comprensión.
El primero está libre de culpa, de juicio y de crítica, el segundo está lleno de crítica, juicio y más complementos densos que provocan emociones acordes a esos parámetros.
Vamos por pasos y descubramos todo lo que acompaña a un buen “déjame en paz”, consciente, lleno de luz y amor interior.
Es sabiduría pura en su máxima expresión y expresada, es el límite definitivo, del que no pasa nada denso, nada inventado, ninguna propuesta, ningún pacto o trato.
Ni chantajes emocionales, ni manipulaciones, ni compraventa de miedos, ni de inseguridades, ni remordimientos, ni dudas, ni nada de todo lo propuesto en la densidad o, mejor dicho, de casi todo lo propuesto socialmente.
De todos esos inventores de talleres salvadores de almas y activadores de conciencias y milagreros haciendo cuatro pases de manos, ignorando por supuestísimo, lo que realmente están haciendo, no hay ni uno que funcione ni a largo ni a medio plazo.
Son para ese momento que sientes más emociones que otra cosa y poco más, cuándo te fijes, te darás cuenta de lo que te estoy compartiendo.
¿Por qué?
Porque son externos, y solo funciona lo interno, lo que va de dentro a fuera, solo cuando tú eres y te reconoces como creación y creas, entonces eres, eres mónada, eres uno, eres amor, eres la que rige, el que encauza, la que dirige desde el corazón y por ende, el que expresa de lo más profundo del ser y en frecuencias más elevadas de luz, déjame en paz.
No juzgues todavía, espera a llegar a la práctica para sentir profundamente y déjate sorprender.
No hay mayor expansión de amor ni mayor incremento espiritual. Es la excelencia del ser expresándose desde la incondicionalidad, sin crítica ni juicio por quien propone, ni porque propone, ni si pretende o no pretende lo que sea.
Llegar ahí es darte absolutamente igual cualquier vía por la que los más densos que pretenden y predican lo que no practican, no pueden entender ni comprender.
¿Así que déjame en paz?
Déjame en paz con tus terapias nuevas que has sacado de cachitos de otras que no llegaste a profundizar lo suficiente como para llegar a entender. Primero esfuérzate en adquirir conocimiento y después ya me contarás lo que has descubierto en aplicarlo para convertirse en sabiduría, y eso no se aprende en cursos de fines de semana ni de pocos meses.
Déjame en paz de tus discursos amorosos cuando aún no aprendiste a quererte y tu vida se desmorona cada dos por tres y tu inestabilidad te aleja más y más de la abundancia que, por cierto, crees que es material.
Déjame en paz que si como carne, que si como plantas, todos seres vivos y conscientes a los que maltratamos y matamos para nuestra alimentación porque aún somos tan densos que no sabemos alimentarnos de prana.
Déjame en paz, déjame ser feliz respirando sin que me digas como tengo que hacerlo para sentirme más elevado.
Déjame en paz si te molesta que opine o utilice palabras que no te gustan o no te parecen apropiadas para tu excelencia iluminada.
Repite conmigo y siente el placer inmenso de la iluminación de todo tu espíritu, déjame en paz.
Que esto es “mi vida, mi camino y mi destino”, por el que avanzo como y cuando quiero de la mejor manera que se y me llena de luz y amor ser y saber que estoy viviendo una experiencia maravillosa.
¿Y de la segunda?
No nos olvidamos de ella. ¿qué es lo que te viene a la mente corazón cuando te digo; a la mierda?
Observa bien, pon toda tu atención. No te digo que vayas a la mierda, no se lo digo a nadie, no personalicemos, es en general, a la mierda. Pero, ¿y eso que debe significar?
Pues de entrada nada de lo que has sentido ni percibido hasta este momento.
Hay un espacio de creación en la tierra que se compone de mierda, en ella están todos los factores para que salgan de ahí las mejores plantas, los mejores frutos. Pero en eso no hemos aprendido a poner la atención, solo en el olor, las moscas y el desprecio por su apariencia.
A la mierda es otra expresión maravillosamente profunda, si se quiere, por la que se genera un tipo de acción y reacción para todo aquello que no estamos de acuerdo, no nos parece bien, consideramos que le falta un proceso de reciclaje o reinicio, y que mejor espacio que la mierda para impregnarse de todos los nutrientes precisos para que ese milagro de transmutación ocurra.
¿Acaso te crees que la llama violeta puede transmutar mejor que la mierda?
Pues no, porque la llama violeta es para las partículas suspendidas en el aire y la mierda para la parte materializada en la tierra.
Despierta y date cuenta de cómo tus creencias a lo largo del texto te han ido bloqueando o despejando.
Observa si sientes una contracción o una expansión en tu ser ahora mismo.
Es tan fácil, que lo normal es que cueste creerlo, y además no hace falta ni verbalizarlo, es una actitud, una expansión de amor incondicional e infinita, llena de amor; a la mierda, porque allí podrás enviar a todo aquello que sientas que se merece todo un proceso.
¿Y qué es sino la mierda?
Es el resultado de todo un proceso digestivo, lo que sobra de la conversión de los alimentos en energía y que se puede seguir aprovechando y encontrándole uso para seguir con el ciclo de la vida.
La verdad es que me parece increíble porque es la manifestación pura de la física básica de que todos se transforma y nada perece.
De una fruta del árbol a darnos salud, a excretar los restos y tirar al campo lo que no hemos consumido como el hueso etc.
De ahí a la tierra y de la tierra al árbol y a la fruta de nuevo, por lo tanto, volvamos a plantear y te vuelvo a preguntar ¿no lo ves como una expresión profunda y llena de espiritualidad que nos remueve las creencias establecidas y nos hace crecer?
Pues eso, es precisamente el ciclo del árbol en un plano más metafísico.
Déjate de tanto ruido alrededor o interiormente, busca la profundidad y ves separando el grano de la paja.
Dale la importancia que se merece a “lo demás” pero primero empieza por ti y para llegar a eso, dedícate y siente la hermosa vibración de estas dos maravillosas expresiones.
Ponlas en práctica y hazme llegar tu experiencia de cómo tu vida empieza a transformarse en pocos días.
Y ahora si no te importa, déjame en paz que voy (no, allí no, era demasiado fácil) a seguir creando para compartir.