¿Nos vamos de Biocultura?
Parece que fuera ayer cuando Biocultura aterrizaba en Barcelona. Para los que en aquel entonces ya estábamos estudiando terapias naturales, esa era la oportunidad de informarnos de un sector muy restringido.
De muy difícil acceso y que no sabías donde informarte, ni de cursos, ni de novedades, ni de lo que ocurría en el mundo con las terapias.
En esa época, hablar de comer sano era más raro que un perro verde, y ya no te digo hablar de atreverse a afirmar que había otras maneras de tratar la salud.
Lo que había sido durante toda la historia de la humanidad, se había perdido casi completamente. Es como si habláramos de una reprogramación de los cerebros y por consiguiente de las mentes que, no solo contemplaban un tipo de medicina para tratar las enfermedades, sino que llegaban a negar lo que los diferentes tipos de medicina habían sido para el mundo durante toda la existencia anterior de la humanidad.
Es para pensar en esto, ¿no?
Si te paras a pensar, da la sensación que te puede explotar la cabeza en cualquier momento.
En que mente cabe que la medicina moderna, de apenas menos de 100 años, haya desplazado a todas las medicinas mundiales y en algunos casos como si no hubieran existido y lo que es peor, como si no hubieran funcionado nunca.
Uno se pregunta, ¿cómo hemos llegado aquí sin esos hombres y mujeres medicina que conocían los secretos de la naturaleza y con los que trataban a nuestros antepasados, que por eso sobrevivieron y por eso estamos nosotros aquí ahora mismo.?
¿No te parece, como mínimo, increíble?
A mí muchísimo. Historia aparte, hace 30 años ir a Biocultura era coger dos días enteros y pasar stand por stand informándote y actualizándote porque ni había internet, ni móviles, ni webs, ni nada de nada digital para te pudieras actualizar.
Los viajes eran largos y costosos para estudiar alguna formación fuera de lo común, y de las más comunes, los de provincias, te puedo asegurar que madrugábamos mucho o pasábamos la noche en el tren para llegar a Barcelona o Madrid los sábados por las mañanas, estudiar todo el día o el fin de semana, y de vuelta con el tren nocturno, algunas veces directamente al trabajo.
¿Esos eran los únicos lugares?
Algunas cosas que aquí no habían llegado, las tenías que ir a buscar a Francia y a pesar de la dificultad del idioma, ir rascando informaciones para irte formando.
La verdad es que tuvimos la suerte y el privilegio de ser unos cazadores de conocimiento hasta que empezaron a salir las primeras revistas y ferias como Biocultura.
Han hecho una labor por el sector que actualmente no se conoce, y mucho menos, se reconoce, y es un poco triste que esto se quede en el olvido. Sobre todo, ahora que es todo tan accesible, que ni sabes donde escoger, ni te puedes fiar de lo que escoges.
Pero de la invasión de los “onliners” ya hablaremos otro día, hoy toca una memoria y un reconocimiento a los que nos han ayudado a llegar a que la alimentación sana no esté perseguida, ni sea de “bichos raros” querer nutrirse bien y adecuadamente.
Por esa época, si querías comer o descubrir algo natural, solo había un lugar de macrobiótica, imagina como estaba el patio.
¿No había restaurantes para celíacos, vegetarianos?
Cuando se abrió el primer vegetariano de Barcelona, ¡la noticia corría como la pólvora y era como un guau!, por fin esto está cambiando y la gente empieza a ser más consciente, aunque solo fuera en la alimentación, pues ya era mucho. Un logro sin precedentes.
Por ahí también ya estaba cofenat abriendo camino y qué mérito todo lo que han recorrido desde el 1984 hasta ahora. Otro referente sin lugar a dudas.
Y no sé si podemos decir la única asociación de fiar desde el punto de vista de las escuelas y centros de terapias, pero sí que sabemos que cuándo hay que estar, hay que reaccionar o decir algo, siempre están ahí.
Qué tiempos aquellos, de empezar, donde no había nada y todo lo que se ha avanzado hasta el punto que ahora da la sensación de tanto, que hemos dejado atrás todos esos esfuerzos de ir cazando conocimientos y formaciones.
Hasta llegar a la desidia de las redes, de que parece tan fácil que da la sensación que no hay una actitud de más y más, como era la que nos trajo hasta aquí y que algunos conservan, pero otros no la recuerdan, o como no la vivieron ni la identifican.
De hecho, si vemos el movimiento de Iustitia Europa, los que están ahí son los de antes, los de los orígenes y veremos cuánto tenemos que empujar entre todos para que la gente se dé cuenta de que esto es una oportunidad única, otro paso hacia adelante, que empezó por aquellos tiempos que no teníamos nada, que recién nacía cofenat y a Biocultura le quedaba un recorrido de 30 años por delante para llegar a un presente donde falta que se les valore mucho más.
Para nosotros, para Esfera, poder estar ahí y además dar dos o tres conferencias es el reflejo de un recorrido paralelo al suyo, en otras mesuras, nuestro recorrido. De abrir y dar a conocer las terapias, a empezar a enseñar, a distinguirlas de otras que parecen, pero no son.
